20 abr 2012

Testimonio de Alberto, sacerdote

TESTIMONIO DE ALBERTO GONZÁLEZ MANZANO

Alberto es sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares, actualmente párroco en San Fernando de Henares, en "Santos Juan y Pablo". Hace unos meses se organizó una noche de evangelización en la calle desde su parroquia, Alberto se encargó de la exposición del Santísimo y luego estuvo a la puerta de la parroquia acogiendo a los que llegaban; aprovechamos para hacerle algunas preguntas.

¿Cómo has vivido la noche de evangelización?
 Ha sido una experiencia gozosa: poder dar testimonio de la fe, que otras personas te animen a ello y a su vez que otras personas puedan recibir ese testimonio que les da alegría, que les da entusiasmo, que les da paz. Para la Iglesia Diocesana no hay nada mejor que dar testimonio de que pertenecemos a una Iglesia viva, donde Cristo Vivo se encuentra con nosotros para comunicarnos su Vida.

¿Tenías alguna experiencia previa de haber salido a la calle a evangelizar?
Yo, personalmente, nunca había participado de ninguna especie de misión, así, tan directa. Yo pienso que es una cosa buena, se ha animado mucho la gente y ha sido una bendición tanto para la gente de la parroquia como para la gente que lo ha recibido.

¿Crees que este modo de vivir a Jesús forma parte de la nueva evangelización de la que habla el Papa?
Hay muchos modos, pero éste es uno de los adecuados, sí. Cualquier manera de hablar de Jesucristo y de que la gente conozca al verdadero Cristo y lo viva en la Iglesia Católica siempre es válida.

¿Nos puedes contar algún caso especial que hayas vivido la noche de evangelización? ¿Algo que te haya emocionado especialmente?
Bueno, me ha emocionado todo: ver cómo la gente entraba a la Iglesia, se quedaba rezando, algunos ponían una vela, otros leían el papelito de colores que era un mensaje del Evangelio, otros se quedaban tranquilos, sentados, contemplando,… pero, sobre todo, la gente entraba con una sensación de expectación, como de búsqueda, como de novedad, como con la ilusión de los Reyes Magos, algo así como decir “¿qué me va a tocar? ¿qué va a haber aquí dentro?”.

Gracias Alberto, qué Dios te guarde.