VIGILIA
DE EVANGELIZACIÓN EN MÁLAGA
(8-III-2014) CRÓNICA Y TESTIMONIOS
(8-III-2014)
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos
a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán
todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros” (Jn 13, 34-35).
Llegamos
a Málaga casi a la hora de la misericordia, deseosos de llevar el amor del
Señor a todos, de ser portadores de su Vida y de amarnos como Cristo. Aparcamos y fuimos a comer a la orilla del
mar: el Señor nos regala su paz, restaura nuestras fuerzas y nos invita a
buscar a sus hijos.
Ya
en la parroquia de San Lázaro, comenzamos con un tiempo de alabanza, seguido de
una formación sobre la evangelización. Celebramos lo más grande que tenemos, la
Eucaristía, y pusimos en el altar a todas las personas con las que nos íbamos a
encontrar esa noche, para que se abrieran a Jesucristo y a su salvación.
Cenamos, ambientamos el templo y comenzó la adoración. Había mucha oración
detrás y eso se notó. Todos estábamos suplicando que “ardiese Málaga” en el
amor de Dios. En la parroquia se había rezado mucho las semanas previas.
Quienes permanecían en la Iglesia adorando al Señor e intercediendo por la
misión lo hacían con fe y unción, para obtener de Dios el milagro de la
conversión. ¡Algo grande estaba sucediendo en los corazones y le dábamos
gracias al Señor por anticipado!
El Señor nos concedió la alegría de haber realizado una “obra buena” por Él y los hermanos, la mayor obra de caridad, que no es otra que dar a Cristo, el único que puede saciar la sed de amor, de plenitud que hay en nuestro corazón. Los sacerdotes, revestidos, estaban en la puerta del templo hablando con los que pasaban, con mucha alegría y entusiasmo…y todo iba muy suave, fluido, nos comentaban…
Compartimos a continuación algunos testimonios.
Los siguientes pertenecen a personas de la parroquia, que evangelizaban por
primera vez:
Ana
Yo me preguntaba hacía días: -“Señor, ¿qué
podremos hacer para desagraviarte?”. -Evangelizar. Fue el testimonio de la
Iglesia: abierta, de ella salía un chorro de gracia. No estoy sola. Fue el
testimonio de que hay otra forma de pensar; una Iglesia adorando a Cristo Vivo.
Por eso vine. En un principio no pensaba salir; así lo repetí varias veces y
¡fui la primera! “Vamos”, dije. Fue la oración. Me ha cambiado la vida. Me
sentía estar en el Cenáculo junto a Pedro, San Pablo y los demás apóstoles con María.
Hoy me he cruzado con uno que evangelicé y me sonrió. En realidad, la
evangelización la ha hecho el grupo Kerygma con nosotros. Sigo pensando que me
da vergüenza. Rezo todos los días por los que he visto. Y también por mis
hermanas, por toda la familia. Además, haber compartido este momento con mi
marido ha sido una gracia inmensa.
Ildefonso
"El Señor ha hecho en mí
maravillas”. Además de la ilusión por salir fuera, poco a poco creció en mí
la confianza avanzando la noche. El primer encuentro fue simple,
sencillo, a una persona que salía de un cajero. Todos cogieron el rollito con
la Palabra, incluso los que se declararon ateos. No me esperaba la reacción de
la gente, ni mi propia reacción. La gente nos acompañaba con una naturalidad
que no me parecía normal. Fue naciendo en mí cada vez más confianza al ir
hablando de la Resurrección de Jesús. Unos jóvenes nos acompañaron, nosotros nos
quedamos detrás. Llevaron su luz y cuando volvían uno de ellos se puso a
llorar, el otro a reír.
Máximo
Máximo
Antes
de la Misa vi ya la Evangelización en los testimonios.
Eduardo
Eduardo
Es bueno que los jóvenes hablen a los jóvenes de Jesucristo.
Interiormente no me lo esperaba. Se me ha quedado grabado el que, después de
anunciar que Jesús estaba en la parroquia, que les esperaba, rezábamos el Ave
María. Un señor, que luego nos manifestó que era musulmán, nos lo agradeció y
le agradecimos su escucha y respeto. Una señora y un niño pequeño fueron muy
receptivos. El rezo del Ave María me dejó impresionado. Rezar el Ave María por
las personas me ha confortado mucho y dado mucha paz.
Vicky
Mi experiencia ha sido muy
fuerte; sigue siéndolo. Hasta el domingo he estado en una nube. Llevo tres días
sin dormir. Siento muy cerca la ayuda de la Virgen. Empecé llorando y acabé
llorando. Fue rechazo tras rechazo. Una persona dijo que no era creyente, pero
leyó el papelito para ella y se le cambió la cara totalmente, sonrió y se llenó
de paz. En la calle Lagunillas nos encontramos con un hombre de unos 40 a 50 años
y nos decía que lo que le decíamos era mentira, que la parroquia estaba cerrada
a esas horas. La anunciamos el kerygma y decía: “¿Dónde está la cámara oculta?”.
Nos acompañó hasta la parroquia y nos contó su vida. Una vida muy dura; decía
que no creía en Dios, que sólo creía en la bondad de las personas; no creía que
la bondad viniese de Dios. Le ofrecimos un papelito; lo leyó y decía: “Gustad y
ved qué bueno es el Señor”. Se quedó callado.
Miguel Ángel
Yo venía sólo a rezar. Fue en
el Rosario cuando sentí el impulso. Me impresionó que la gente nos escuchaba, nos
respetaba, cogían el papelito. Uno evangelizaba y yo rezaba continuamente.
Encontramos toda clase de personas: musulmanes, evangélicos, ingleses. Y sobre
todo, respeto, mucho respeto. Considero muy importante la tarjeta con la imagen
de Jesús. Nos olvidamos de llevarlos a la parroquia…¡ tan entusiasmados
estábamos! Una pareja nos retuvo un buen rato, pues, aunque manifestaban
rechazo, no dejaban de preguntar. Me impresionó el rezar en voz alta por ellos.
Algunos jóvenes que venían de una procesión de Cristo muerto, les chocaba que
les anunciásemos a Cristo Resucitado. Fue muy bonita la acción de gracias; las
manos levantadas en la oración, el canto a la Virgen.
Pilar
La
evangelización ha supuesto para mí, personalmente, un punto de inflexión en mi
proceso de conversión. Hace tres años pude vivir cómo un encuentro personal con
el Señor te cambia la vida. ¡¡Ya no eres la misma persona!! Ahora, gracias al
grupo kerygma, he experimentado cómo el poder de la oración transforma los corazones,
el inmenso poder que tiene la oración, cuando en ese encuentro íntimo con el
Padre, nos da su Espíritu Santo,
derrama su Gracia y en mi debilidad, me hace fuerte.
Sólo tengo palabras de agradecimiento, al Señor, y a este grupo, por su entrega y dedicación, a la mayor obra de caridad que se puede hacer que es dar conocer la BUENA NOTICIA. ¡GRACIAS! Que Dios os bendiga siempre.
Sólo tengo palabras de agradecimiento, al Señor, y a este grupo, por su entrega y dedicación, a la mayor obra de caridad que se puede hacer que es dar conocer la BUENA NOTICIA. ¡GRACIAS! Que Dios os bendiga siempre.
A continuación,
varios testimonios de los misioneros. Nos acompañaron algunos hermanos de San
Fernando de Henares y de Getafe:
Anna no pensaba salir a evangelizar, iba a quedarse rezando, pero dos señoras de la parroquia le insistieron en que fuese con ellas y le hizo mucho bien salir y dejarse llevar por donde quisiera el Espíritu Santo.
Alicia estuvo en la puerta del templo y pasaba bastante gente. Pudo hablar
con muchas personas y fue testigo de cómo varias accedieron a entrar y
confesarse, para gloria de Dios.
María Luz acogía a quienes entraban a la
Iglesia. Comentaba que la gente venía con muchas heridas y ella rezaba por
ellas, les invitaba a acercarse a Jesús e iba con ellas…Destacaba el ambiente
de oración tan fuerte que había en el interior y la necesidad de anunciar a
Jesucristo y la alegría que siempre Él nos da.
Javier comentaba cómo unos jóvenes
entraron con ellos a la Iglesia; se acercaron ante el Señor, rezaron, él le
puso la mano en el hombro y rezó por él…y el chaval estaba muy emocionado,
lloraba…y a él le dio mucha satisfacción ver cómo Dios tocaba su corazón…le
llenó mucho, nos decía.
Tras la evangelización, en la
parroquia han rezado un quinario al Espíritu Santo en acción de gracias por
tantos beneficios. Esto nos ha ayudado muchísimo y lo “copiaremos”, pues es de
bien nacidos ser agradecidos y, además, porque el agradecimiento de los dones a
Dios atrae nuevos dones.
¡Gracias, Señor, por tantas
maravillas como has hecho: las que, por tu misericordia nos has permitido ver,
y las que quedan en el corazón!
Gracias a la Parroquia de San
Lázaro de Málaga: por invitarnos a compartir la evangelización con ellos, por
su acogida calurosa, su oración ferviente y su ofrecimiento.
Un agradecimiento especial a su
párroco y pastor, don Antonio Eloy, por su confianza en el grupo de
evangelización.
Gracias a todos por vuestra
oración.
“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Salmo 125)