CRÓNICA DEL GRAN MISTERIO DE BELÉN
Como aquellos
pastores que tuvieron la dicha de recibir la visita del ángel, que les
anunciaba el nacimiento del Salvador del mundo, celebramos el pasado 19 de
diciembre, en la Parroquia Virgen de Belén de Alcalá de Henares, el Gran
Misterio de Belén, tratando de recrear aquel primer Belén de san Francisco de
Asís en Greccio, en el siglo XIII.
Invitamos previamente a los niños y a sus familias en los colegios del barrio, repartiendo octavillas para que acudiesen a la parroquia.
Mientras en el interior del templo, lleno de paja para la
ocasión, Jesús Eucaristía era adorado por María y José, en el exterior
representamos el pasaje del anuncio del ángel a los pastores. Se nos invitaba a
adorar a “Jesús escondido” bajo la apariencia de pan, a ir corriendo como los
pastores a dar nuestro amor, nuestro corazón a Jesús. La gente fue entrando en
la iglesia y cantábamos al Señor: “Te escondes en el Pan y aunque no te puedo
ver, te puedo acompañar, es mi lugar preferido. Hoy te quiero adorar, abrirte
mi corazón así, de par en par, eres mi mejor amigo, Jesús”. Repartimos unos
corazones de cartulina a los niños e íbamos poniendo sus nombres. Ellos se iban
acercando hasta Jesús y los depositaban a los pies del altar, en una cestita.
Estuvimos un ratito cantando al Niño Dios, vivo, realmente presente en el
altar.
San José, la Virgen María y los ángeles adorando a Jesús Eucaristía |
El sacerdote fue
pasando por los bancos con el Santísimo, bendiciendo a todos. Nos comentaba que
le impresionó la alegría y la adoración de los niños. «Cuando me acercaba donde
una niña que estaba con sus padres y sus hermanos, ella les avisó: "que está
Jesús, que ahí está Jesús", como animándolos a disponerse para recibir su
bendición”; juntó sus manitas, inclinó la cabeza, muy recogida, para acoger su
bendición».
Al salir, fuimos repartiendo caramelos y una estampita a los
niños, con Jesús Niño que decía: “Jesús te da su Corazón”. ¡Admirable
intercambio: tú le das tu corazón al Señor y Él te regala el suyo!
A continuación,
ya en el exterior, compartimos un chocolate y cantamos villancicos. Celebramos,
más tarde, la Eucaristía, seguidamente
se expuso al Señor para la adoración, rezamos el rosario y algunos hermanos
salieron por las calles, en aquella gélida noche, a llevar a Jesús y su amor a
todos aquellos con los que se encontraron, al único Fuego capaz de alegrar y
encender los corazones.
¡GRACIAS, SEÑOR,
POR TI MISMO, POR TODO,
POR TANTOS BENEFICIOS!
¡QUE TODOS
DESCUBRAN QUE VIVES Y ERES AMOR!
Compartimos más imágenes:
El anuncio del ángel a los pastores |
Adorando al Niño Jesús |