QUIÉNES SOMOS


¿Qué es Kerygma?
Es un grupo Diocesano de Evangelización en la calle de primer anuncio. Nace en el año 2009 en la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid). Está formado por un pequeño grupo de laicos. Ha recibido una hermosa vocación: salir a la calle y lugares públicos a anunciar el kerygma.

¿Qué quiere decir Kerygma?
Kerygma es el primer anuncio de la salvación, la buena noticia de que Jesús nos ama y ha muerto y resucitado por nosotros. 
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¡El hombre es amado por Dios! Este es el simplísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio: 
¡Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida! 
(JUAN PABLO II · Christifideles Laici, 34 · 1988) 


¿Cómo evangelizamos?
Hacemos evangelización en la calle (plazas, parques, zonas de "botellón"...). También puerta a puerta por las casas... La forma más habitual de evangelización, aunque no la única, consiste en abrir las puertas de la Iglesia, mientras que el Santísimo Sacramento está expuesto en adoración. Unos se quedan rezando y otros salen a la calle por parejas. Nos encontramos con las personas, les anunciamos el Kerygma y las invitamos a entrar a la Iglesia a rezar. Este modo sencillo de adoración y evangelización por la calle se está extendiendo por todo el mundo
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Utilizamos otras formas sencillas de evangelización, dando testimonio público de nuestra fe: rezo del rosario en calles, mimos, música en la calle, procesiones con el Santísimo, festivales para niños, ... Todas son buenas ocasiones para anunciar el Kerygma, el Amor de Dios por los hombres.


¿Cómo nos preparamos para evangelizar? 
Orando. Con la oración personal y en comunidad. Nos reunimos todas las semanas  para orar en comunidad: Adoramos al Señor en la Eucaristía, rezamos con la Palabra de Dios y recibimos formación. La misión tiene que ser fruto de la vida con el Señor. Estamos convencidos de que no hay evangelización posible sin la oración, porque la evangelización pasa por la acción del Espíritu Santo. Nosotros no somos más que sencillos y pobres instrumentos en sus manos. 

El misionero ha de ser un « contemplativo en acción ». Él halla respuesta a los problemas a la luz de la Palabra de Dios y con la oración personal y comunitaria. El futuro de la misión depende en gran parte de la contemplación. El misionero, si no es contemplativo, no puede anunciar a Cristo de modo creíble. El misionero es un testigo de la experiencia de Dios y debe poder decir como los Apóstoles: « Lo que contemplamos... acerca de la Palabra de vida..., os lo anunciamos »
 (1 Jn 1, 1-3). 
(JUAN PABLO II · Encíclica Redemptoris missio, 91 · 1990)